Nuestra seguridad física es lo primordial, el lo que más debemos tener en cuenta.
La defensa por la fuerza física es siempre el último recurso que debemos tener, solo usarlo si nos vemos obligados frente a agresiones de tipo físico.
El recurso más efectivo es siempre evitar el enfrentamiento, sobre todo si conlleva una agresión física. Debemos tener en cuenta que ante un enfrentamiento incierto desconocemos los daños que que nos pueden ocasionar, no sabemos si nuestro atacante lleva armas ocultas, cómplices que no vemos, etc.
Aunque sea en legítima la defensa, resulta más importante evitar el enfrentamiento que poner en riesgo la vida o patrimonio que nos quieran desposeer. Sin embargo, cuando no existe otra solución mejor, se debe afrontar con decisión.
Debemos hacer uso de cualquier recurso que dispongamos como correr, gritar, utilizar cualquier objeto que tengamos a mano como armas, etc.
Mientras más distancia del agresor tengamos y cuanta más posibilidades de movilidad dispongamos mayor será nuestra seguridad. Hay situaciones en las que es muy difícil zafarnos para escapar, en ese caso no debemos complicarlo más, a no ser que ya sea complicada desde su inicio. el factor sorpresa es nuestra mejor arma si utilizando alguna táctica de distracción con la que podamos sorprender al agresor.
En nuestro Club, la defensa personal la entrenamos para posibles casos que no deseamos nos ocurran nunca.
Con la práctica suficiente podremos ejecutar como un acto reflejo técnicas si nos encontramos con un caso de agresión para escapar de ello.